Lo ha abierto el famoso bar La Manzanilla y se podrán tomar sus conocidas especialidades como el tortillón, la ensaladilla o el huevo duro con anchoas, además de guisos, pescado frito y cócteles. También servirán desayunos, otro de los servicios destacados del conocido establecimiento
Manolo Cordero, uno de los propietarios de La Manzanilla, en la puerta del nuevo establecimiento con uno de sus famosos tortillones. Foto: Cosasdecome
Texto: Pepe Monforte
La idea es rendir homenaje a la flor de la manzanilla, uno de los fenómenos que caracterizan a este vino. Pero pensaron que ponerle la flor de la manzanilla al nuevo establecimiento podría hacer algo muy visto por lo que escogieron el nombre de la dalia, una flor que además significa gratitud. Lo cierto es que el famoso bar La Manzanilla, situado en pleno centro, tiene un nuevo sitio donde degustar sus legendarias tapas. Está en la zona nueva de la ciudad, en la avenida de Voltaire, donde se están abriendo numerosos establecimientos de hostelería y en el local que ocupaba antiguamente en restaurante La Linde.
El establecimiento, que abrió el pasado 18 de junio, tiene una pequeña barra, a la que también se puede acceder desde la terraza, un par de mesas interiores y luego una amplia zona de mesas en el interior. En todo el espacio está vigente la misma carta con tapas y medias raciones. Manolo Cordero, uno de los socios del Bar La Manzanilla, es el que atiende el establecimieto acompañado de Enrique Morales, sobrino de Fernando Rojas, el otro propietario del mítico bar, que se queda en “la casa madre”, en la calle Mesones esquina con Veracruz. Enrique, es un especialista en cocteles por lo que también se ofrecerá esta especialidad en La Dalia.
La actividad comienza pronto, a las ocho de la mañana. A esa hora comienzan a ofrecer desayunos, uno de los puntos fuertes de La Manzanilla. En el nuevo local se podrá disfrutar también de la manteca colorá, la mousse de jamón ibérico y la de chicharrones, los tres “fenómenos untables” que elaboran ellos mismos para ponerle a los molletes e incluso el pan especial para celiacos, en La Manzanilla.
Al mediodía y por la noche la oferta comienza por los clásicos de la Manzanilla. Su tortillón, de siete kilos de peso que hacen a diario con patatas pimientos rojos, la ensaladilla, coronada con melva, pimientos morrones y un pegotón de mayonesa, las alcachofas en conserva con anchoas y una reliquia tapatológica, unos huevos cocidos que se parten en dos mitades y se acompañan con anchoas, pimientos rojos en tiras y un poco de mayonesa. A ello unen algunas conservas, un queso manchego viejo que traen de Ocaña y, en invierno, los chicharrones.
Pero a la oferta clásica de La Manzanilla se unen algunas novedades. Así el guiso diario de la casa madre se convierte ahora en un surtido de guisos en el que tienen unas albóndigas al amontillado, que se presentan en brochetas, para darle un toque original, la carrillada ibérica, el solomillo al oloroso o al amontillado y el rabo de toro. También hay croquetas caseras, presa ibérica, chorizo criollo en salsa andaluza, un revuelto de patatas con jamón y otro de salmón o un salteado de gambas con champiñones.
Asimismo tienen pescado frito, especialmente desde el jueves hasta el sábado. Depende de las especialidades que encuentren en la plaza de abastos. El pescado frito también se suele ofrecer en La Manzanilla. Se ofreceran también más guisos tradicionales de Jerez, aunque estos variarán. Así puede ver riñones al Jerez, albóndigas en tomate, cazón en tomate, garbanzos con langostinos, las alcachofas con jamón en temporada o el “Señor Vizconde” una tapa que Fernando Rojas vio en el Tendido 6 de Jerez y que se trajo también para La Manzanilla y que consiste en unos champiñones salteados con jamon, gambas y vino oloroso.
La última pata de la carta de La Dalia son los “manolitos”, unos molletes rellenos de carne mechada, melva, jamón o presa ibérica y jamón.
La terraza de La Dalia, uno de sus principales atractivos. Foto: Cosasdecome
El interior del nuevo establecimiento es de reducidas dimensiones y está decorado de forma rústica. Foto: Cosasdecome
